Actor, guionista, productor y director, además de cantante, Willi Forst (1903-1980) fue una de las grandes figuras del quehacer cinematográfico y teatral en Austria. Como actor de cine, debutó en 1920 en la película muda Der Wegweiser, dirigida por Hans Kottow. Sin embargo, su primer papel importante será al lado de Marlene Dietrich en Café Elektric, drama silente dirigido por Gustav Ucicky en 1927. A partir de ese momento Willi Forst empezó una carrera actoral ascendente que lo afianzó en la industria cinematográfica austriaca y lo llevará a dirigir en 1933 su primera película, con la que también debutó como guionista: Leise flehen meine Lieder.
Conocido en español como Suavemente imploran mis canciones o también como Vuelan mis canciones, Leise flehen meine Lieder es un melodrama biográfico carente de rigor histórico que aborda de una manera bastante cursi y edulcorada la vida de Franz Schubert (1797-1828) y, sobre todo, las razones que lo llevaron a dejar inconclusa su Octava Sinfonía. El título está tomado del primer verso de Ständchen (Serenata), uno de los poemas que forman parte de su ciclo de canciones El canto del cisne. En este hermoso texto, escrito por Heinrich Friedrich Ludwig Rellstab (1799-1860), el lastimero canto del enamorado —que está escondido en un bosquecillo— sube dulcemente a través del cielo nocturno hasta la ventana de su inalcanzable amada, cuyas habitaciones se encuentran en una de las plantas superiores de su casa. Del mismo modo, lo que la película narra es el amor imposible del famoso (pero pobre) Franz Schubert por la hija del conde Esterhazy, quien es la causa —primero brutal y muy directa, luego sutil y dolorosa— de que el compositor deje inacabada su obra.
Pese a la ausencia de veracidad, la acertada dosis de romance, canciones y grandilocuencia de Suavemente imploran mis canciones, así como su ágil ritmo narrativo y las desenfadadas interpretaciones del actor y cineasta austriaco Hans Jaray (1906-1990) como Franz Schubert y la soprano húngara Mártha Eggerth (1912-2013) como Caroline Esterhazy, no solo hicieron de este filme un verdadero éxito de taquilla, sino que lo convirtieron en ejemplo a seguir para la industrias cinematográficas alemana, austriaca y británica de entreguerras. En 1934 Forst, Jaray y Eggerth rodaron Sinfonía inconclusa, una versión en inglés de la misma película, esta vez con la codirección del cineasta británico Anthony Asquith. En ese mismo año, Willi Forst repitió la fórmula de su exitosa ópera prima con Maskerade, y pronto se convirtió en uno de los cineastas representativos de la abundante producción de películas musicales en el estilo de la opereta vienesa que invadieron las salas de cine europeas durante toda esa década. Cabe destacar que las interpretaciones musicales de Suavemente imploran mis canciones corrieron a cargo de la Orquesta Filarmónica de Viena, el Coro de Niños Cantores de Viena, el Coro de la Ópera Estatal de Viena y la orquesta gitana de Gyula Horvath.