Sinfonía nº 4 en re menor, op. 120 de Robert Schumann

Sinfonía nº 4 en re menor, op. 120 de Robert Schumann


Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt, dirige Philippe Herreweghe

En la década de 1840 Schumann era ya un reconocido compositor de música para piano y después de haber creado ya buen número de canciones sobre textos poéticos alemanes, era considerado uno de los principales difusores de la música romántica alemana. Pero siguiendo un impulso incontrolado que le llevaba a expresarse por el camino de la gran forma, hizo de 1841 su gran año sinfónico.

La obra que marcó su carrera compositiva fue la Gran Sinfonía en do mayor de Franz Schubert(1797-1828). La brillante técnica compositiva y el escrupuloso cuidado que puso su autor en cada detalle de esta sinfonía, inspiraron a Schumann la idea de componer también dentro de este mismo género.

En 1841 escribió dos sinfonías, la no. 1 en si bemol mayor, Primavera y la primera versión de su cuarta sinfonía. A pesar de que cronológicamente esta sinfonía fue compuesta en segundo lugar no será catalogada en este orden debido a que después de su escritura la guardó para realizarle posteriores revisiones. Mientras tanto, en los años siguientes estrenó y compuso las que serían su segunda y tercera sinfonía, en do mayor yen mi bemol mayor, respectivamente.

En Leipzig se estrenó, el 6 de diciembre de 1841, la primera versión de esta sinfonía. En la Fantasía Sinfónica, como se designó en un principio a la obra, el compositor quería que los movimientos se interpretasen sin interrupción pudiendo escuchar así la reaparición de los temas de manera encadenada y con una clara intención de configuración cíclica. El planteamiento que Schumann utilizaba en la obra sería una aportación muy moderna que anuncia la etapa final del romanticismo.

Unos años después, en diciembre 1952, se estrena en Düsseldorf la versión definitiva de la sinfonía. Después de una profunda restructuración de la obra y una revisión de la estructura formal, Schumann reconstruyó la sinfonía para que todas las partes se relacionasen entre sí de un modo más armónico y equilibrado. En 1853 fue publicada como su Sinfonía no. 4.

Clara Schumann mantuvo siempre que la versión de 1841 no fue sino un esbozo de la versión definitiva, afirmando con ello que las últimas anotaciones que el compositor realizó de la sinfonía sería su versión elegida.

A pesar de los diversos comentarios sobre las pocas dotes que Robert Schumann tenía como orquestador, con unos recursos muy poco variados y pesantes que hacen que la escucha llegue a ser, en ocasiones, dispersa, hay que profundizar en la obra para observar detalles orquestales que distan mucho de tales aseveraciones. Encontramos varias combinaciones e instrumentaciones bastante jugosas durante la obra que demuestran los destellos orquestales con los que contaba el compositor alemán. Estructuralmente la obra se nos presenta con una innovación formal que va un paso más allá en la evolución sinfónica a la que llegará Brahms. La idea de concebir la obra en un solo trazo, para procurar una relación mucho más acusada de los motivos principales, da un paso más en la concepción cíclica que comenzase Beethoven.
Todo esto supondrá no sólo un destello de genialidad compositiva, sino un signo de modernidad que formará la base para los desarrollos orquestales posteriores.

Fuente: Tania Perón para la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias

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