John Cage: Journeys in Sound

John Cage: Journeys in Sound

Con motivo del centésimo aniversario del nacimiento del vanguardista compositor estadounidense John Cage (1912-1992), los cineastas Allan Miller (High Fidelity, Itzhak Perlman: Fiddling for the Future, The Turandot Project) y Paul Smaczny (Claudio Abbado: The Silence that Follows the Music, Multiple Identities: Encounters with Daniel Barenboim, El sistema) realizaron en 2012 el espléndido documental John Cage: Journeys in Sound.

Se trata de un trabajo magníficamente estructurado donde se intercalan entrevistas (con el propio John Cage, sus amigos, expertos musicólogos, intérpretes y compositores contemporáneos), fragmentos de conciertos y material de archivo para bocetar un fascinante retrato de la compleja personalidad de uno de los músicos más notables de la segunda mitad del siglo XX, artista siempre dispuesto a aventurarse en lo inexplorado cuya original concepción de la creación musical amplió de manera tan polémica como sobresaliente los horizontes expresivos del sonido y del silencio en una serie de obras-manifiesto sobre la naturaleza de la música.

Por medio de breves viñetas que ilustran su vida, su concepción filosófica y su quehacer artístico, en este documental somos testigos del enorme impacto que la obra de John Cage tuvo sobre la estética musical contemporánea. Tras un divertido inicio donde nos trasladamos a la década de 1960 para ver al compositor interpretar Water Walk (1960) en el programa de televisión I´ve got a secret (con una caterva de objetos poco convencionales para producir música que incluyen una tina llena de agua, un patito de goma, una licuadora, una olla de presión, una regadera, un ramillete de flores, un piano y un aparato de radio), nos trasladamos a nuestros días para ver al pianista y compositor Steffen Schleiermacher (1960) preparar los objetos que necesitará para interpretar Water Music (1952): un piano, una tina con agua, silbatos, un aparato de radio…  La obra no deja de tener su lado jocoso, pero el público que escucha la interpretación de Schleiermacher parece demasiado serio. Y es que esa es la clave de la música de John Cage: tan extravagantes, absurdos y graciosos como puedan parecer sus experimentos con el azar, el ruido y los objetos cotidianos, en realidad lo importante es el profundo cambio que implica la asimilación de la experiencia creativa en sí misma.
Filmado en Estados Unidos, Alemania y Japón, John Cage: Journeys in Sound incluye entrevistas e interpretaciones a cargo de artistas como el pintor William Anastasi (1933), el violinista Irvine Arditti (1953) —primer intérprete que logró superar la endiablada complejidad de los Freeman Etudes de Cage—, la artista plástica Dove Bradshaw (1949), el compositor japonés Toshio Hosokawa (1955), John Lennon (1940-1980) y Yoko Ono (1933) —que conversan con John Cage en una cafetería de Nueva York—, la reconocida intérprete de shō Mayumi Miyata (1954), el compositor alemán Wolfgang Rihm (1952), el ya mencionado Steffen Schleiermacher, el escritor y crítico de arte estadounidense Calvin Tomkins (1925) y el Ensemble Modern, además de —por supuesto— algunos de los colaboradores más cercanos de Cage, como el bailarín y coreógrafo Merce Cunningham (1919-2009), el pianista David Tudor (1926-1996) y el compositor Christian Wolff (1934), entre otros.

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