Grandes novenas del Siglo XX

Grandes novenas del Siglo XX

Gustav Mahler

Sinfonía No. 9 en re mayor 

Staatskapelle Berlin, dirige Daniel Barenboim

La Novena Sinfonía es la última partitura que completó Mahler. Una parte de él lo habría querido así. Con la Novena de Beethoven y la Novena inacabada de Bruckner en mente, entretuvo una superstición muy arraigada sobre las sinfonías y el número nueve. Pero también estaba el lado de Mahler que lo llevó, a pesar de toda su fascinación por la muerte, a elegir siempre la vida. Ese era el Mahler que estaba más interesado en escribir música que en coquetear con sus supersticiones o su afición al morbo; ése fue también el Mahler que, a los pocos días de completar la Novena Sinfonía, se lanzó con tempestuosa energía a la tarea de componer una Décima, tarea en la que había logrado avances significativos cuando murió de una infección en la sangre siete semanas antes de su quincuagésimo primer aniversario. cumpleaños.

Fuente: sfsymphony.org

Ralph Vaughan Williams

Sinfonía No. 9 en mi menor 

Orquesta Sinfónica de Xalapa, dirige Lanfranco Marcelletti Jr.

Vaughan Williams tenía 83 años cuando comenzó su Novena Sinfonía en 1956, lo que demuestra que el compositor todavía estaba en el apogeo de sus capacidades creativas. También estaba trabajando en la cantata Epithalamion, más tarde escribió Ten Blake Songs y comenzó una ópera en tres actos, Thomas the Rhymer. En otra obra de 1957, Variations for Brass Band, se quedó prendado del fliscorno, que incluyó en la partitura de la sinfonía junto con tres saxofones. Un factor que contribuyó como influencia de la obra fue la Pasión según San Mateo de Bach, que Vaughan Williams dirigía todos los años en el Festival de Música de Leith Hill en Dorking. El tema principal del primer movimiento, escuchado por primera vez en trombones y tuba, se le ocurrió después de tocar parte de la parte de órgano de la apertura de la Pasión.

Fuente: classical-music.com

Dmitri Shostakovich

Sinfonía No. 9 en mi bemol mayor, op. 70 

Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinski de San
Petersburgo, dirige Valery Gergiev 

La Novena es a veces llamada la sinfonía “clásica” de Shostakovich debido a su brevedad, forma y frecuente carácter de cámara. El clasicismo es más evidente en el primer movimiento, que sigue la forma-sonata del siglo XVIII hasta repetir la exposición (la única sinfonía de Shostakovich en donde esto ocurre). Durante aproximadamente dos años, los críticos soviéticos estuvieron divididos sobre esta Novena, algunos la calificaron como una obra deliciosa, aunque ligera, y otros opinaron que equivalía a unas vacaciones artísticas injustificadas en tiempos trascendentales cuando se requerían obras trascendentales. La sinfonía fue encargada en tiempo del avance pleno del Ejército Rojo en busca de derrotar a la Alemania nazi.

Fuente: laphil.com

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