Entrevista a B-Linda. La historia de una gran violinista

Entrevista a B-Linda. La historia de una gran violinista

Hoy, en nuestra sección de entrevistas vamos a conocer a B-Linda y su historia. Esperamos que disfrutéis con ella.

¿Cómo y cuándo empezaste a tocar el violín?

Aunque solo tenía 7 años fue una decisión completamente mía. 

Me acuerdo perfectamente, a pesar de que tengo una malísima memoria, de ver por casualidad en la tele a un violinista tocando. Me gustó tanto que fui corriendo a decirle a mi madre que quería tocar el violín.

¿Cómo fueron los primeros años?

Mis primeros años con el violín fueron de mucho estudio, es un instrumento muy difícil y sacrificado. Después del colegio me pasaba toda la tarde en el conservatorio y el poco tiempo que tenía al llegar a casa era para hacer deberes y… para tocar el violín. 

¿Has tenido que sacrificar algo por tu carrera como violinista?

Muchas cosas. Al violín tienes que dedicarle mucho tiempo si no no sirve de nada. 

Recuerdo que uno de mis profes de violín quería que dejara el instituto para que pudiera practicar más tiempo. Pero al final terminé por pasarme al turno nocturno porque eran clases más cortas, sin recreo y sin educación física. 

Era una opción para gente mayor que retomaba sus estudios (y tenía poco tiempo) o para gente como yo, que necesitaba más tiempo para hacer una carrera musical. 

Te puedes imaginar que, sin recreo y con gente mayor, no tenía mucha vida social.

A parte, recuerdo otra cosa que en aquel momento fue importante para mí y que me dolió enormemente. 

¡Mis patines! 

El poco tiempo que salía lo hacia siempre en patines, me encantaba patinar con mis amigas, saltábamos, corríamos y hacíamos alguna locura que tuvo consecuencias…

Me hice un esguince en un dedo justo una semana antes de un examen de matrícula de honor. Mi profesor y mi madre se pusieron bastante furiosos (ese no era el primer tropezón). 

¡Pero incluso con el esguince pude sacarme la matrícula! Mi profesor estaba muy orgulloso, pero al terminar el examen me dijo que tenía que escoger entre patines o violín. 

Y ahí se acabaron mis salidas sobre ruedas.

¿Qué tipo de música haces actualmente? ¿Y cuál fue tu evolución hasta el día de hoy?

Al principio de mi carrera empecé tocando música clásica. Estaba en la orquesta del Conservatorio y en alguna otra, me encanta tocar con orquesta, es una sensación muy fuerte.

También tocaba en pequeñas bandas o grupos de folk. En mi casa siempre se escuchó mucha música folk y desde pequeña he estado muy vinculada con ella. La bailaba, la tocaba y más tarde empecé a viajar gracias a ella; íbamos a muchos festivales de música celta, me encantaba.

Poco a poco fui tocando en grupos importantes y con artistas de primer nivel como Xuacu Amieva (un gran maestro de la gaita asturiana) o Víctor Manuel. Años después tuve el privilegio de tocar varias giras con Carlos Núñez. 

Después de eso toqué pop, rock, algo de flamenco…

Ahora mismo estoy haciendo música electrónica fusionándola con todo lo que he podido aprender por el camino. Me encanta la mezcla de estilos y poder tocar sin seguir ningún patrón de nada.

¿Con qué artistas has tocado?

A parte de los que te mencionaba antes, he hecho gira con El Sueño de Morfeo y he tocado con artistas como Robbie Williams o David Bisbal. 

¿Cuál es tu proceso de preparación de los temas que tocas en directo?

Suelo tocar 2 tipos de temas: 

  1. Algunos son totalmente improvisados y ¡me encanta! No llevar nada preparado me obliga a concentrarme más en la música y hace que tenga una sensación de estar volando, es como si no existiera mi cuerpo (risas). Por esta razón hice mi tesis del Máster sobre la improvisación musical.
  2. También llevo temas preparados, aunque siempre dejo un espacio para improvisar.

¿También tocas en eventos privados? ¿En qué tipo de eventos sueles tocar?

Sí, hago eventos de todo tipo. Muchos son para marcas como BMW, Porsche, Amazon, Mercedes, Jaguar, Heineken… O en fiestas privadas para gente top como el dueño del Circo del Sol o para jeques importantes.

Entrevista B-Linda para Planeta Musik

¿Qué países has visitado gracias a tu trabajo? ¿Tienes alguna anécdota relacionada con tus viajes?

Gracias a mi trabajo he conocido New York, México, Italia, Francia, Inglaterra, Dubái, Qatar, Egipto, Viena, Alemania, Suiza, Rusia, China, Argelia, Austria, Bahréin, Bahamas, Brasil, Casablanca… muchísimos sitios.

Recuerdo como anécdota uno de los viajes más increíbles que he hecho en mi vida: fue a las Bahamas, un sitio espectacular. 

Allí me di el mejor baño de toda mi vida y también viví algunos momentos complicados. 

Recuerdo que estuve 2 días incomunicada en pleno fin de año y que tuvimos que cambiarnos de isla porque la isla en la que se iba a hacer la fiesta había desaparecido porque había subido mucho el nivel del mar. No puedo decir para quién tocaba por contrato de confidencialidad, pero así son los eventos privados, una sorpresa continua.

También recuerdo tocar en un sitio espectacular llamado Top Mountain que está en el pico más alto de los Alpes. Allí tocamos a 3.100 metros de altura y resultaba complicado respirar. Desde aquella maravilla de altura se puede ver Italia, Suiza y Austria rodeándote. Fue increíble.

He visto que tocas el violín eléctrico y en algunas ocasiones vas haciendo una especie de acrobacias, ¿puedes contarnos un poco de que va esto?

Hacer acrobacias aéreas mientras toco fue una idea que tuve hace tiempo. Quería introducir algo novedoso que aportara más valor al espectáculo y pensé que podía quedar muy bien. 

Llamé a un chico que se llama Marco (es el mejor especialista en acrobacias) que no dudó en enseñarme cuando le conté mi locura. Recuerdo que le dije: “soy violinista y quiero tocar y hacer acrobacias aéreas a la vez, ¿me enseñas?” 

Fue difícil, recuerdo que me tomaba Biodraminas todos los días para ensayar y, aun así, acababa vomitando en el baño. Tenía moretones y agujetas todos los días, una locura. 

Pero al final, conseguimos un buen resultado y a la gente parece que le gusta. Hoy en día seguimos trabajando juntos en muchos eventos.

¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que te ha dado tu carrera como violinista?

El poder viajar tanto y conocer a gente distinta e interesante, sin duda. 

Cuando te aburras de la música, ¿qué quieres hacer?

De la música no me aburriré nunca, pero además de seguir tocando en vivo he creado un proyecto paralelo que se llama Desafina. En él ayudo a la gente que quiere aprender a tocar un instrumento a elegir uno adecuado a sus gustos, intereses y presupuesto. 

También les ayudo a dar sus primeros pasos con consejos prácticos para que mejoren su técnica.

Estoy muy ilusionada con este proyecto.

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