Un día como hoy, 15 de Abril, The Beatles recibieron el Oscar de la Academia de los Estados Unidos, en Hollywood en el Pabellón Dorothy Chandler en Los Angeles, California, por la canción «Let It Be» («Déjalo Ser»), aceptado por el compositor y arreglista, Quincy Jones, quien se acercó al estrado para tomar el premio a «Mejor tema de película original de 1970», en el año 1971.
A pesar de la ya anunciada separación de The Beatles, estos continuaban ganando premios, incluso en los Grammys, un mes antes de The Oscars. En la 43ª (cuadragésima tercera) ceremonia de los premios de la Academia, el cuarteto compitió contra «The Baby Maker» («El creador de bebés»), «A Boy Named Charlie Brown» («Un niño llamado Charlie Brown») y «Darling Lili» («Querida Lili»), arrebatando el premio a las anteriores cintas.
Es sorprendente presenciar cómo una banda que actualmente no se encuentra tocando o grabando juntos, continúa recibiendo diversos premios. Nos demuestran que sus creaciones musicales han logrado trascender en la historia, pues han marcado la vida de millones de personas con tan solo haber escuchado algunos de sus discos. No era de extrañarse que una banda tan importante para la industria musical, ganara diversos premios, justo después de la disolución del mismo grupo.
The Beatles han demostrado su capacidad de inmersión en los distintos medios, pues ahora el premio ganado no fue exclusivamente del mundo de la música, sino, del cine, incursionando en una premiación un tanto nueva e inesperada para los cuatro de Liverpool, a pesar de haber participado anteriormente en sus propias películas, en donde llegaron a conseguir el premio Grammy.
Se trata de un reconocimiento muy diferente a los anteriores, ya que este suele ser peleado entre actores, guionistas, productos cinematográficos, directores, entre otros. No cabe duda que The Beatles supieron expandir sus horizontes, pues la idea y la energía motivante para realizar una película que narrara los sucesos ocurridos durante las grabaciones del álbum «Let It Be», fue de Paul McCartney, incitando a los demás miembros a participar de manera activa y creativa en las diversas canciones de dicho álbum.
Es sabido que la apabullante emoción de Paul, por seguir produciendo más contenido, fue estresante para los demás integrantes de la legendaria banda británica, ya que algunos de los Beatles se sintieron bastante incómodos al ser filmados la mayor parte de tiempo en el estudio de grabación. Además, gran parte de las canciones y arreglos del disco «Let It Be», fueron guiados por McCartney, lo que irónicamente, ocasionaba cierta restricción creativa para los demás miembros del grupo.
Es de esta manera, que en el documental quedan plasmadas las diversas discusiones a causa de las diferencias creativas entre el cuarteto, generando un ambiente tenso y pesado para la grabación de las canciones. Algunos fanáticos han opinado que la película, es una radiografía que muestra cómo comienza a fraccionarse la relación entre los muchachos de Liverpool, pues podemos observar a cada integrante en una postura extrema a los demás, provocando un espacio indiferente para trabajar.
A pesar de las diversas asperezas entre los músicos, no podemos olvidar la famosa escena del concierto en el techo, que ofrecieron al final de su película, regalándonos uno de los momentos más icónicos y fantásticos en la historia tanto de la música y los documentales, y dejando para la posteridad, una de las canciones más bellas y sabias de todos los tiempos, «Let It Be».
¿Consideras que los premios que obtuvo el cuarteto, posterior a la disolución de The Beatles, fueron una manera de motivar su regreso? Me gustaría leer tu opinión en los comentarios. Mi nombre es Jimmy Bets, y les recuerdo que las grandes leyendas nunca se desintegran, perduran por generaciones.